El semifrío es un postre muy versátil pues podéis elegir el sabor que más os guste. Tiene como ventaja que es muy suave y que se puede conservar (correctamente almacenado) varios meses en el congelador. Yo he elegido hacerlo de yogurt griego por sus indudables propiedades nutricionales y por su textura cremosa, al que añadido unos arándanos macerados en ron, y acompañarlo de una riquísima mermelada de brevas que hice hace unos días. Por lo demás, los semifríos son perfectos en cualquier época del año y sobre todo ahora en verano, también para salir de un apuro en los postres en una comida con invitados y, como no, para una merienda para niños y no tan niños… De hecho, próximamente os presentaré otra propuesta de semifrío.
- 500 gr de yogurt griego natural azucarado
- 300 gr de merengue francés
- 700 gr de nata
- 100 gr de azúcar
- 12 colas de gelatina
- C/S de arándanos macerados en ron añejo
- C/S de mermelada casera de brevas
- En primer lugar, haremos el merengue francés quedando con consistencia pero sin montar del todo. Reservamos refrigerado.
- Reservamos una tercera parte de la nata y con el resto semi-montamos con el azúcar. Guardamos refrigerado.
- Templar la nata que habíamos reservado y añadirle la gelatina previamente remojada y bien escurrida.
- Remover el yogurt con una cuchara en un bol grande hasta que quede cremoso; añadir el merengue francés, la nata semi-montada, los arándanos bien escurridos y mezclar suavemente con movimientos envolventes ayudados por una lengüeta. Incorporar la nata con la gelatina y seguir mezclando con suavidad.
- Disponer en moldes apropiados, retractilar y congelar.
- Para servir, bajar los semifríos al refrigerador unas horas antes de consumir. Disponer en el plato junto con la mermelada casera de brevas fría y decorar al gusto.
Tendréis que proporcionar las cantidades de la receta según el número de raciones que tengáis que servir.
En la presentación, he dispuesto el semifrío y la mermelada en vasos de chupitos y se acompaña con un bizcocho de vermut.